Comparte esta entrada en redes sociales

sábado, 28 de enero de 2012

Viernes fríos, fijaciones orales y sexo escrito.

Noche fría de viernes -fresca, como diríamos en el norte-. Las calles se llenan de ejércitos de curritos batiéndose en retirada con la moral carcomida pero aliviada ante la perspectiva del armisticio del fin de semana. Viviendo un presente simple y viendo venir un  futuro indefinido pero alicatado de letras por pagar  hasta el techo, que se dirigen como buenamente pueden a sus respectivas casas, bares y/o tugurios de mala muerte, estos últimos también hipotecados pero al menos a nombre de otros infelices. Para que no se diga que no hay para repartir.

Una vez más nuestro héroe hispánico -el inefable y sin embargo normalísimo Ataúlfo Corrochano- se despidió de su antaño estable trabajo hasta el lunes suponiendo que a  los dioses variopintos,  los hados, la patronal y el primo segundo de Standard & Poors se les cantara o cantase por el arco de triunfo. Que podría ser que no, pero hay que alejarse de los pensamientos negativos y los malos rollitos en general porque en caso contrario dicen que se te avería el karma y te sube la tensión y el azúcar, con los costes emocionales y sanitarios que ello  supone.

Ataúlfo sacó el bonobús de su raída  y viejuna cartera de Christian Dior - regalo ya añejo de los Reyes Magos de Oriente que se caía a pedazos-  y no pudo evitar la tentación de blasfemar defecándose en Dior al ver tanta decrepitud carteril   de marca sin solución de continuidad a corto o medio plazo. Con lo que él había sido hace unos años. Aunque lo cierto es que no estaban las cosas para bobadas...
El cartelito luminoso de la parada del autobús decía por obra y gracia del GPS que el vehículo en cuestión, de la línea 2 para ser exactos,  llegaría  en cosa de 3 minutos. Y así fue, porque como todo el mundo sabe lo que diga el GPS va a misa aunque sea dando un rodeo de tres pares de albardas.

Pasó el bonobús con desidia por el lector, que le correspondió con un "bip" tan aprobador como indolente. Es lo que tiene  usar el transporte público a diario y pagando, lo cual es una cosa muy poco antisistema, todo hay que decirlo. Por aquello de que el que paga y además calla, no solo otorga sino que además colabora....  Se sentó lo más adelante que pudo en uno de esos asientos individuales tan prácticos para ejercer de lobo solitario de autobús. No es que Ataúlfo fuese un ser asocial, es que le agradaba más el silencio que las conversaciones forzadas, sobre todo las de autobús y ya no digamos las de  ascensor.

Mientras la voz impertinente del GPS autobuseril iba recitando de memoria el trayecto - ya saben:  "Próxima parada: Marqués de Santojete" y otras cosas por el estilo- Ataúlfo observaba el paisaje urbano invernal de viernes a las ocho y cuarto de la noche, plagado de exploradores de rebajas ávidos de gastarse los últimos cuartos, y una amplia representación al más puro estilo de la ONU de manguis, trileros, carteristas de medio pelo  y menesterosos profesionales en general a la espera de aliviar a navegantes incautos del peso de algún  euro o artilugio convertible en euros. Últimamente la cosa también estaba muy mal para los soldados rasos del ejército del  lumpen. Las carteras de los que antes eran nuevos ricos ya sólo contenían tickets viejos,calendarios de años pasados y tarjetas sobreexplotadas y apenas se conseguía afanar un miserable Iphone al día. En ocasiones, incluso el Iphone era una cutre imitación china a la que se le borraba la manzana rascando un poco con la uña. Porca miseria.

Y enfrascado como estaba en su cómoda observación tras la ventanilla del autobús, al pararse en un semáforo  pudo ver en vivo cómo tres  ciudadanas pertenecientes a una minoría étnica con aspecto de provenir de la zona de los Cárpatos le sustraían por el método del descuido la cartera y el móvil a una pareja de turistas asiáticos que tomaban algo en una terraza.  O dicho en román paladino del de antes, Ataúlfo observó impasible cómo tres gitanas rumanas desplumaban a unos con pinta de chinos o de por ahí que,  no seamos tiquismiquis,  es como todos lo contaríamos al llegar a casa.

Despertó de su letargo al percibir que su parada era la siguiente y tras pulsar el preceptivo botón rojo lleno de mugre y bacterias con las letras STOP medio borradas se  levantó para acercarse a la salida. Y fue en ese momento cuando, al enfrentarse a la perspectiva que ofrecía el autobús ya medio vacío, pero plagado de miradas fijas en el suelo o perdidas en la observación del mundo que había al otro lado de la ventanilla, deseó no tener que abandonar aquella efímera sensación de seguridad contemplativa para zambullirse otra vez, otro viernes más, en aquella  jungla humana, urbana y fría. O fresca, según se quiera mirar.

Y al poner pie en tierra firme, sin ventanillas ni luces fluorescente de por medio y ya a merced del olor a desesperanza y polución,  le asaltó la idea de que tal vez nos iba regular por  rascarnos  la rabadilla en un desesperado intento por calmar la tos, o por empeñarnos en nadar en cueros en mares de inexplicables fijaciones orales repetidas hasta la náusea. Dedicados a resolver tensiones sexuales con apaños de sexo escrito, tan propenso como es a las faltas de ortografía.

Pero Ataúlfo, inasequible al desaliento la mayoría de las veces, se levantó el cuello del abrigo y mientras caminaba pensó que frente a las noches de viernes de filosofías tabernarias siempre habrá mañanas de lunes de esas que no se andan con chiquitas y nos anuncian semanas de sexo duro y además de pago. Y ahí la ortografía y la gramática cotizan poco... Soldaditos somos y en el fragor de la batalla nos encontraremos, y muy probablemente en bandos opuestos. Y por algún extraño mecanismo o fijación oral en este caso pensada, le vino a la cabeza aquello que dicen que dijo el Conde de Romanones, aquel noble con apellido de mala rima, y repitió Mariano décadas después: ¡Joder, qué tropa!  y añadió para sus adentros un sonoro: "...¡Que somos!" sin darse cuenta de que lo había dicho para sus afueras a juzgar por la mirada que le dirigió una señora que al pasar junto a él aumentó distancias y aceleró el paso pensando muy acertadamente que había mucho loco suelto...





sábado, 21 de enero de 2012

FBI, Megauploads y otros experimentos pecaminosos.

Seamos justos: hoy la cosa va para largo porque lo traigo calentito. Avisados quedan.

 En ocasiones veo hordas de  hijos de la gran cortesana,  de esas de  amplio y anestesiado receptáculo y vástagos y vástagas dotados del  don de la ubicuidad, lo cual Ipso facto, como no podía ser de otro modo implica que están en todas partes los muy cabrones/as. Pero en justicia hay que decir que algo es algo. Al menos estando en todas partes son coherentes con su propia ubicuidad e hijoputez.  Como ya sabe hasta el primo tonto del maestro armero, el FBI ha cerrado Megaupload y sus filiales -así, con un par y sin anestesia epidural-. Y todo ello en nombre de la sacrosanta y , a la vista del desparrame, agotada y huérfana de ideas industria del entretenimiento del imperio.

Pero como por una vez quiero vomitar fuera del receptáculo con un poco de orden, vayamos por partes:

  1. Soy profesional de estas cosas de la informática, las páginas web y guarradas de ese pelaje. Sí,  me gano en parte la vida gracias a Internet y en el otoño de  2012 hará  20 años  de ello. Soy un ser superviviente de los módems de 1200 baudios, años antes de  las obscenamente rápidas líneas RDSI de ciento y pico K's y líneas   ADSL de las de  30.000 pesetas el alta, routers 3Com hechos de sílex  y ni me acuerdo de cuantos duros al mes, es decir,  que hace media vida año arriba o abajo  que uso este santo medio.

lunes, 2 de enero de 2012

Clases medias, platos rotos y casas sin barrer.

Soy consciente de que esto me va a servir para  catar  los humos y los calores  de la hoguera de las críticas y  del insulto por razones muy diversas, de lo cual me alegro porque es señal de que al menos por el momento se puede hablar.

Dado que al igual que la inmensa  mayoría de la población en España no le debo NADA a NINGUNA  de esas agencias de colocación mafiosas de amigotes en que se han convertido los partidos políticos, sindicatos, la patronal, y otros Clubes de la Comedia  patrios actuales (subrayo lo de "actuales"), NADA tengo que agradecerles ni a los unos ni a los otros.  Y dicho esto,  me explico:

Hace tiempo que mantengo una teoría acerca de la diferencia real entre las posiciones más radicales y sectarias de las mal  llamadas "izquierdas  y derechas democráticas" actuales en España (porque hay varias, no sólo dos) y veo que la realidad viene a confirmar mis sospechas. Ambos frentes hablan del bien para la ciudadanía, de la Justicia, de defender los intereses del pueblo, de la igualdad de todos los españoles ante la Ley (¿Ante  qué ley? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?). Unos van de matacuras,  otros de beatos irredentos, muchos llevan años viviendo profesionalmente de las rentas del guerracivilismo y de empeñarse en  resucitar a Franco cada cuarto de hora,  otros fueron lobos o hijos de lobos y ahora se han convertido en corderitos filodemócratas de toda la vida de Dios. Y muchos de estos especímenes se permiten el lujo de llamar "fascista" sin saber lo que se traen entre manos ni haber leído dos párrafos seguidos en su puta vida de nada que no sean sus panfletos de cabecera ni habiendo sido cocineros antes que frailes, a todo aquel que se desvíe un ápice de SU pensamiento normalizado y políticamente correcto. Eso sí, todos ellos tienen muy bien aprendido el "usted no sabe con quien está hablando", el "ordeno y mando" y la defensa a ultranza de la poltrona personal maquillándola de justificaciones históricas y éticas que no resisten media colleja dialéctica.

Mis sospechas, que intuyo que son las de millones de españoles, apuntan a que las diferencias que hay entre ambos bandos a día de hoy son puramente estéticas y poco más. Unos llaman blanco al negro y cara al culo,  y otros no dicen si se llama pan o se llama vino, ni si suben,  bajan o se quedan. Y poco más.

Y es que llama poderosamente la atención que los oligarcas, gobernando tanto los unos como los otros, siguen siendo los mismos o como mínimo se apellidan sospechosamente igual y están metidos en todas las salsas. Con la salvedad, eso sí, de que hay que añadir al elenco de nuevos ricos y aprendices de oligarcas  a los procedentes de la política profesional de cazo amplio,  tragaderas ideológicas y personales  incomensurables y cuentas corrientes venusianas, a los enriquecidos a base de especular con el ladrillo, y a la madre de moral distraída que los trajo a todos. Casualmente, algunos incluso  son miembros de  ambas  sectas.

Y digo esto, porque con frecuencia se olvida que la historia de España empieza muchísimo antes de  1936. Lo que ocurre es que las etapas anteriores no dan tantos  réditos electorales, por lejanas, aburridas, o porque "no dan bien en cámara". Pero el equipaje histórico, mal que les pese a algunos, está ahí para quien se quiera molestar en abrirlo y tratar de comprenderlo. Pero, claro está, es mucho más cómodo tirar de consigna preelaborada y repetir como un mantra las paridas que se vaya sacando del orto la cúpula del partido hasta convertirlas en dogmas de fe y de ese modo convertirse en  superguay con opción a puesto público vitalicio.

 Porque me consta que muchos de los españoles que no nos hemos casado con ningún partido, los que comemos de nuestro trabajo y no de prebendas obtenidas a dedo por la Gracia de la Deidad o del viento reinante, los que sabemos lo que vale un café, lo que cuesta pagar la luz y mantener a los nuestros y a los que no son los nuestros, los que sabemos lo que es vivir con la espada de Damocles y la Tizona del Cid sobre nuestras devaluadas cabezas,  estamos HARTOS de comemierdas ideológicos, de vagos, de ineptos, de chulos, de ladrones de alta y baja alcurnia, de financiar la fiesta y los orgasmos ajenos y encima tener  que pagar los platos rotos, fregar el suelo,  bajar la vista al suelo y apagar la luz al salir. Y, claro está,  aún tendremos que estaros agradecidos, salvapatrias y adalides proxenetas de libertades ajenas.

Que nadie se llame a engaño: en este país han  luchado toda su vida  generaciones enteras al margen de colores y partidismos para conseguir un futuro mejor para los suyos y para los que hemos venido detrás. Y desde los años de la Transición, que fue una oportunidad como pocas para reconciliar de una vez a este país de mierda,  toda esta casta de cantamañanas venidos a más se han asegurado de que lo que el dictador había dejado "atado y bien atado" siga igual, cambiando las formas, el lenguaje y, eso sí,  teniéndonos en cuenta una vez cada cuatro años. Pero el caso es que la res publica sigue siendo coto privado y hereditario. Porque hay mucho descendiente y deudor de  la CEDA, del Frente Popular e hijos de Falangistas que llevaron la camisa azul en su juventud pero ya no se acuerdan porque la memoria es frágil.  Porque queda mucho progre acomplejado y mucho fascista de los originales y genuínos y de los de nuevo cuño ahora subidos al carro del sufragio universal y del asiento calentito respaldado por carnés vacíos de memoria y de contenido, pero muy juntitos todos ellos.
 
Por eso, señores del gobierno saliente de infausto recuerdo y dorado futuro, y señores del gobierno entrante      que de momento no sólo no  le han tocado un pelo a los que se han enriquecido a costa de nuestro sudor y encima nos miran con asquete como populacho sudoroso que somos, sino que han empezado dándonos otra patada más en los dientes a las clases medias, que somos los que sostenemos este vodevil, permítanme desde el respeto y la humildad mandarles a todos a la mierda sin billete de vuelta. No busquen nuestro crédito cuando la banca a la que ustedes rescatan y mamporrean con nuestros dineros se lo niegan a las Pymes y a las familias, y si se lo dan es a base de demostrar que no lo necesitan y de endilgarles a cambio seguros de vida y planes de pensiones a precios de usura y condiciones leoninas. Buceen un poco en la curiosa manera que tienen las entidades bancarias de conceder préstamos ICO, por poner un ejemplo ilustrativo,  y sabrán de qué les hablo.

Sigan recortando a los más machacados, a los que tienen agarrados por los mismísimos o por  la goma del tanga,  a los que les sostienen el cotarro, a los que aún tienen algo que perder aunque ese algo sea lo último.  Terminen de rematar a las clases medias, que nos va a ir muy bien a todos.

Y el que venga con historias para no dormir  que argumente y ponga razones sobre la mesa o que calle para siempre, que está todo muy visto y muy sobado como para andarse con idioteces.   Que la Historia, al igual que la sombra del ciprés,  es alargada y aún tenemos memoria. Y se os ve el plumero  a todos a siete leguas de distancia, próceres de la patria. Y nosotros, españolitos como somos,  con estos pelos .

Depositen aquí sus insultos, hermanos.