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sábado, 8 de noviembre de 2014

Otoño y otras estaciones de difícil rima

Hay cosas que son como son y una de ellas es que, como todo el mundo sabe, el otoño y las demás estaciones llegan cuando lo diga El Corte Inglés. Y punto. 

-Oiga, que ya sé que es octubre y eso, pero es que de la misma caló que jase me sobran hasta el tanga y las chanclas y...

-¡HE DICHO QUE YA ES OTOÑO Y TE VAS A PONER ESTAS ESTILOSAS BOTAS DE INSPIRACIÓN CAZADORA, ESTE IDEAL  FOULARD ESTAMPADO EN FLORES NEGRAS Y ESTA PARKA MONÍSIMA, ANTISISTEMA DE MIERDA!


 Pero el caso es que ahora que ya es noviembre y ya pasó el jalogüín,  El Corte Inglés sí que lleva razón en lo del otoño, cosa que se adivina fácilmente porque la Preysler, como cada año, coge la fragoneta y vuelve a repartir por los Mercadonas y Carrefures patrios los Ferrero Rocher que había retirado en primavera, no fuera a ser que en la fiesta del embajador al imbécil de  Ambrosio se le ocurriera servirlos todos derretidos y sin glamour ni nada. Porque no sé si saben que el servicio está fatal.  

El otoño, amiguitos de la fauna ibérica, es una estación muy molona que se caracteriza, además de por la vuelta de Ferrero Rocher, por elementos tales como las migraciones de las aves migratorias. Las no migratorias se quedan en el país a pesar de todo, viniendo a demostrar que o bien las aves no migratorias tienen escaso criterio,  o bien no leen la prensa ni el Facebook. O que los lean pero no entiendan un pepino, cosa que nos llevaría de nuevo a lo de la escasez de criterio y explicaría a  la vez la  abundancia de aves no migratorias en el Facebook.



Otra señal inequívoca es que los árboles caducifolios pierden las hojas, cosa que por otra parte los árboles de hoja perenne, en coherencia con su condición, no hacen. Además proliferan las setas y las castañas, por las mañanas hace un frío del copón, y a media mañana no, lo cual se resuelve quitándose la parka monísima para así poder lucir el foulard estampado en flores negras que combina con tus estilosas botas de inspiración cazadora. De no hacerlo así vendría el de El Corte Inglés a romperte la boca con toda la razón porque no se puede andar por el mundo con esas pintas que me traes. Proletarios sí, pero con estilo.

El otoño también sirve para que las compañías de luz y gas hagan anuncios ultramoñas de ciencia-ficción con señores y señoras estilosos megafelices y calentitos en su casoplón de diseño disfrutando al calor de su supercalefacción como si les importara una mierda el recibo que les va a venir a final de mes. Se conoce que estos anuncios se graban fuera del país, o que el guión lo escribe un exministro en los ratos libres que le dejan los consejos de administración,  porque si no, no se comprende. 


El tema es que , como queda dicho, en otoño básicamente las cosas o proliferan - como es el caso de las setas, las castañas o las corruptelas-  o se caen - como es el caso de las hojas de los árboles caducifolios o los corruptos. Claro que estos últimos sólo caen, y poco, si son corruptos de medio pelo.  Los de melena entera no se caen, probablemente porque están en la fiesta de otoño del embajador poniéndose hasta el orto de Ferrero Rocher, y descojonándose  del pastón que se van a sacar con el ERE falso que le van a hacer a Ambrosio, o en Suiza haciendo bíceps a base de tirar de tarjeta black, que también  es una cosa molona y además combina fetén con el ideal foulard estampado en flores negras.

Y si el otoño viene frío, no hagan ni caso de los anuncios moñas de gas y electricidad, que  hay formas mucho más baratas de calentarse: dense una vueltecica por las redes sociales, que cada poco se incendian ellas solas,  y verán como entran en calor leyendo y participando en las animadas tertulias donde la sufrida ciudadanía se insulta  en paz y armonía repartiendo a diestro, siniestro y viceversa carnés de facha y perroflauta, que como hasta el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla saben, son las dos únicas categorías posibles en el mundo hispánico conocido.

Si lo de las redes sociales no les va,  siempre les quedará el Canal Parlamento para calentarse a base de bien.  Y si eso tampoco les funciona, prueben a leerse la factura de la luz que les mandan los de los anuncios moñas, que eso sí que es un infierno.

Para todo lo demás, Master Black, orgías, putillas, y viajes a Canarias a ver a la churri jamona, que con un poco de suerte te recibirá sólo con el foulard estampado en flores negras.

Pero todo ideal, oigan.