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sábado, 30 de abril de 2011

Paro, Hijo y Espíritu Santo

Dice la prensa de hoy que en este lugar llamado España (o simplemente, país) hay la nada desdeñable cifra de 4.900.000 parados, o lo que es lo mismo, 1.386.000 familias con TODOS sus miembros en el paro. Con estos datos demoledores la pregunta que surge es: ¿Porqué no nos hemos parapetado aún tras las barricadas?

Y la respuesta se me antoja muy  simple: porque tenemos miedo, porque la familia echa una manita que vale su peso en oro del bueno,  y porque la gente se busca la vida como buenamente puede en eso que se ha dado en llamar "economía sumergida". Así de claro.

Y es que con semejantes datos, en esta piel de toro reconvertida en pellejo de choto con más remiendos que el sayón de un picaruelo las cosas deberían estar en ebullición cosa mala. Y sin embargo se mueve, oigan, que diría el ínclito Galileo en sus tiempos de jiñe frente a la Inquisición que, manda huevos, se dice que era santa. Fue a hablar de puta la tacones y con la Madre Iglesia hemos topado.

Soy un pequeño (pequeñísimo) empresario dedicado fundamentalmente a prestar servicios a otros empresarios generalmente mucho más grandes, a la administración, que es más morosa que el del ático de 13  Rue del Percebe y a muchos particulares en todo lo que tenga que ver con la informática y los artefactos electrónicos en general y estoy harto de oír en  los últimos tres años que la cosa está muy malita, que las ventas ya no son lo que eran, que el problema ahora ya no es llegar a final de mes sino llegar a mediados de mes... en definitiva, que va a resultar que es cierto eso que decía el ingeniero aquel de que finalmente nos hemos enterado de que somos pobres. Y es que si hay algo claro es que corren malos tiempos para la lírica, para la prosa, para la carne y para el pescado.

De todos modos, frente a esta realidad irrefutable siempre nos quedará la penúltima Boda del Siglo protagonizada por el Guillermito y la Catalina, las disquisiciones sobre si la mozuela llevaba la cola del vestido demasiado corta o iba demasiado clásica, o si al principito se le veía demasiado el cartón capilar o su hermano Harry Petas iba muy despeinado. El Harry es el puto amo, no tengo ninguna duda. Eso que Marx (Carlos, no Groucho), llamaba el "Opio de pueblo", sigue muy, pero que muy vigente.

En definitiva, sufridos lectores europeos, asiáticos y  del otro lado del charco, que alguien me lo explique porque estas cosas no se enseñan en la Universidad. 

Al menos que yo recuerde...




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