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miércoles, 26 de febrero de 2014

Paco

Hoy te fuiste, Francisco Sánchez. Paco, el de la señora Lucía. Mal comienza el día para quienes amamos profundamente tu arte, tu genio, tu talento y tu esencia, porque sin quererlo la bulería se nos torna soleá al vernos huérfanos, con un rincón del alma dolorido y un nudo negro en la garganta con letra amarga de petenera.  


Huérfanos como tu niño Curro y  su rondeña, que iniciaba la liturgia cada noche flamenca como una declaración de intenciones, clara y rotunda, para aviso de navegantes a la deriva. Salía Paco a las tablas, sin adornos ni artificios, sin más armas que su arte y simplemente al templar el silencio se hacía en la sala. Y a los primeros compases le sacaba punta a los palos desde la Alegría al Zorongo, como sólo puede hacerlo quien nada tiene que demostrar a sus fieles, que acudíamos al templo con la fe intacta y la verdad de su música incrustada en las entrañas a escuchar con respeto las palabras del maestro. Palabras trazadas a golpe de cuerdas entre picados y rasgueos,  tremolando de la prima a la sexta, seda sobre seda, dueño y señor del compás.


Y hoy nos vemos repitiendo incrédulos el lamento de tu voz llorando la pérdida de Camarón: "con lo que yo lo quería,  se fue de mi vera pa tóa la vida".

Con el último adiós y a la vera del mar, nos dejas con hambre de más, y el alma entre dos aguas. Descansa en paz Francisco Sánchez. Paco, el de la Lucía.






sábado, 15 de febrero de 2014

Bricolaje y otros onanismos

Desde el principio de los tiempos, o una cosa así, muchos entes y seres en general  han tenido la inexplicable compulsión de hacer las cosas ellos mismos en lugar de llamar a un profesional. Sin ir más lejos, y si nos atenemos a la tradición cristiana, ahí está Dios que en sólo seis días se curró el mundo él solito inventando así el noble arte del bricolaje. Y, como no podía ser de otra manera, así le quedó la cosa...

Porque vamos a ver: si lo pensamos fríamente el mundo habría quedado bastante mejor si antes de meterse en semejante obra de crear el cielo la tierra y los mares en una semana y además descansando el domingo, se hubiera "currao" unos cuantos albañiles, fontaneros y similares, que se lo hubieran hecho bastante más apañadete y además probablemente le hubieran quitado el IVA. Sin embargo, optó por la vía compleja y 

decidió montárselo en plan Bricomanía con los resultados que todos conocemos. Y claro, a la hora de hacerle la entrega de llaves a Adán y Eva  no pensó que en algún momento la iban a defecar con vistas a la calle como buenos humanos y al echarlos a patadas de la Urbanización Jardín del Edén, los dos pecadores en cuestión  iban a percatarse de que las calidades del resto del mundo eran más bien justitas.



Y vio Dios que los ríos se desbordaban a lo bestia, que caían rayos y centellas, que los volcanes proliferaban por doquier, las patatas no crecían  fritas y con ketchup, los huracanes y terremotos campaban a sus anchas y caían meteoritos como si fueran gratis. Y comprendió que aquellos jubilados que estaban mirando la obra apoyados en las vallas,  tenían razón cuando le decían que no tenía ni idea y le lanzaban sentencias con aquello de la bajante de 80, el bote sifónico, el diferencial de 200 amperios y la junta tórica del dos.

Luego ya, vinieron los señores de la prehistoria que  eran gente muy rara a los que, sin tener que fichar ni madrugar ni nada,  les daba por hacer cosas. Por ejemplo, pudieron comprobar que con un palo, un pedrusco y una cuerda de cáñamo -que mira que tiene utilidades el cáñamo y van y se les ocurre hacer cuerdas- podían hacer un adminículo idóneo para reventarle el cráneo a un mamut, mejorando muchísimo la consistencia del menú del día y superando la anterior técnica de esperar a que el mamut se muriese de viejo para su posterior ingesta. 
Y así a lo tonto, el hombre empezó a trabajarse el tema por su vertiente decorativa a base de tunear cuevas con bisontes, caballos, ciervos, vulvas y escenas de caza en general, costumbre que ha llegado casi intacta hasta nuestros días en forma de tapiz para colgar encima del sofá con bucólicas escenas de ciervos o caballos corriendo por la vasta pradera, que es una cosa preciosa que se está perdiendo. Curiosamente, nunca se fabricaron tapices de vulvas para el salón, probablemente por la incapacidad de las vulvas para correr por la vasta pradera.
Sin embargo, el colmo del paroxismo bricoprehistórico llegó con los dólmenes, menhires y afines que, servir lo que se dice servir, no servían para gran cosa y los inventó el hipster de la tribu el día que decidió representar "la etérea intranscendencia del ser frente a la sempiterna permanencia de  lo esencial". Y el resto de la tribu se descojonaba oyendo al gafasílex en cuestión decir gilipolleces, pero oye, aquellos piedrolos quedaban bien en mitad del campo.


Los egipcios, por ejemplo, eran unos bricolajeros buenísimos que lo mismo te hacían una momificación virguera o un bajorrelieve,  que se curraban un templo, una esfinge o una pirámide en un momento.

-¡Oh, gran Fimosis III, Rey de los dos Egiptos, he aquí los planos del agujero cubierto con piedras donde  reposarán tus restos momificados para que el Ka surque los cielos en pos de la barca solar de Re, Maat y Khonsu!
-Hombre, casi me molaría más una pirámide en condiciones. Una pequeña aunque sea. 
-¡Ah, pues también, también!


Y ahí ya, como eran palabras mayores, empezaron a encomendarle la tarea a profesionales, que pagaban autónomos y además tenían la maquinaria de hacer pirámides y eso se notaba mucho en las calidades.

Pero donde de verdad pega fuerte el tema de la bricochapuza es en nuestros tiempos. Con la invención de las tiendas de bricolaje, esos santuarios que son como un gigantesco sex shop donde el aficionado que se precie se excita muchísimo viendo máquinas que hacen de todo y que no tiene muy claro cómo usar, legiones enteras de bricochapuceros han tomado el mundo dispuestos a llenarlo todo de estanterías, tarimas flotantes, enchufes, y a redecorar la vida en general.

El bricolaje es una cosa con la que puedes quedar muy bien con tu pareja.

-Cari, que no funciona la llave de la luz del salón
-No es una llave, es un conmutador monofásico de dos circuitos y dos posiciones
-¡Ay, cuánto sabes gordi!

Y tú coges y armado con destornillador -y sin cortar la luz ni nada- le metes mano al conmutador en cuestión sin tener ni repajolera idea y sin haber visto un voltio en tu vida, y obtienes a cambio una simpática descarga que te desfibrila gratuitamente  para los restos. No te preocupes: mantén la dignidad y échale la culpa al electricista que te hizo la instalación, que no tenía ni idea. Si además le dices  a tu pareja que todo se debe a una derivación en el diferencial magnetotérmico que no tenía el amperaje bien calibrado, tu ego quedará libre de toda duda.

Si no eres un auténtico guerrero del bricolaje y no te va lo de ir tú mismo a cortar el árbol para hacerte la estantería para las pelis porno, siempre te queda la versión light, que es Ikea. Esto ya no es una cosa tan viril, pero al menos sigue  la filosofía "mónteselo usted mismo". Los muebles de Ikea tienen la ventaja de
que los agujericos y las cosas que tienen que tener para sostenerse en pie ya vienen hechas de fábrica, de modo que malo será que la cosa no quede más o menos como en la foto. Para montar un mueble de Ikea simplemente tienes que ir, cogerlo tú mismo, pagarlo tú mismo, transportarlo tú mismo y luego ya llamas a tu cuñado para que lo monte él mismo. Lo curioso es que, por más que sigas las instrucciones del muñequito, y a pesar de que los tornillos vienen contados, siempre te va a  faltar  alguno. Excepto si compras algo de la serie "Ahivalahöstia", fabricada en Bilbao, que trae catorce o quince tornillos de sobra "pa que no te falten, oyes".



Luego está el bricochapuzas artista, que es un ente peligrosísimo que hace cosas de diseño exclusivo como por ejemplo dispensadores de palillos con forma de toro de lidia -siendo los palillos las banderillas en un alarde de ingenio sin precedentes- o un portasombreros de copa con flores pintadas para colgar a la entrada de casa, que es una cosa muy útil. Y lo peor es que no sólo lleva a cabo sus creaciones sino que además, te las regala, con lo incómodo que es andar atornillando el portasombreros de copa y poniendo el dispensador taurino de palillos encima de la mesa de centro cada vez que el payo viene a tu casa mientras piensas que mejor te hubiera regalado un menhir o un dolmen, que al menos son cosas molonas.

Otro ámbito definitivo es el bricolaje aplicado a la automoción. Un machoman hispánico que se precie tiene que entender de mecánica. Si no de mecánica cuántica, al menos de la del automóvil. Tú te asomas al capó e inmediatamente tienes que identificar por orden alfabético ascendente todos los tubos, cables y pirindolos que veas. En caso de que no identifiques una mierda de lo que ves, deberás conocer una serie de términos tales como "centralita de control", "junta de culata", "caudalímetro" o "válvula EGR" y combinarlos aleatoriamente como te de la gana, pero que suene más o menos convincente. Y lo más importante para salir airoso del tema, es que naturalmente nunca tendrás la herramienta especial que hace falta para cambiar la pieza que te hayas inventado que falla. Ejemplo:

-Cari, ¿Lo arreglas ya o qué?
-¡Uy!, es que no tengo aquí la llave dinamométrica, y así no hay quien clave el par de apriete del codo de retorno del colector,   ¡que si nooooooo...!!!! 


Por último, no podemos olvidarnos del aficionado al bricolaje tecnológico, que es ese ser que cuando se le escoña la tablet, el portátil. o cualquier aparatico, lo abre con la vana esperanza de entender algo de lo que ve, y naturalmente disponiendo sólo de un destornillador de los chinos y un rollo de cinta aislante para llevar a cabo la reparación.

-Mire, que aquí le traigo los restos de mi iPad porque se averió y mi marido lo intentó arreglar...
-Oiga, que esto está todo reventao...
-Sí, eso fue cuando intentó abrirlo con el abrelatas, pero luego ya lo pegó con cinta aislante, y ni así oiga....


Y les dejo hasta la semana que viene o así, que voy a aprovechar para cambiarle los rodapiés al blog. Mientras tanto recuerden que la vida es un gigantesco Ikea en el que siempre les quedará el viejo consuelo de hacérselo ustedes mismos.


Que ustedes se lo monten bien.





sábado, 8 de febrero de 2014

Romanus y otros coitus interruptus

Hoy, amiguitos de la fauna ibérica, al igual que en las tardes de sábado de nuestra infancia, toca una de romanos.

De todos es sabido que los romanos eran unos cracks de primer nivel que lo mismo te conquistaban  la Galia a gorrazos, que te hacían un acueducto flipante o una buena orgía en cuestión de un momento.
Los romanos, al igual que los Reyes Magos,  nos trajeron un montón de cosas, unas más molonas que otras.

No obstante, para comprender la magnitud del tema, hay que recordar que esta gente empezó con dos zagales mamando de una loba y siete colinas mal contadas en mitad de la nada y terminaron mojándole la oreja a medio mundo, lo cual deja a la altura del betún proezas tales como  que Bill Gates empezara en un garaje, que la Pajín haya  llegado a ministra de sanidad, o que la Esteban haya escrito un libro. Y todo ello con un ejército de maromos en minifalda y chanclas. Que vale más no pensar qué habría pasado si llegan a ir de pantalones y con chirucas.


Breve listado de cosas romanas molonas:




-Circos:
Eran unos sitios para tener entretenida a la peña viendo carreras de cuadrigas de Ferraribus, Lotus, o Torus Coloratus. Además, entre carrera y carrera, el populus se dedicaba a discutir en los múltiples tugurios y puticlubem dispersos por la urbe, si tal o cual aleronibus era más aerodinamicus, o si Ben Hur le había arrancado las pegatinas de la cuadriga a Alonsibus en un adelantamiento. Todo ello como si entendieran del tema.





-Bloques de viviendas:


Un día que no tenían nada que hacer, a los romanos se les ocurrió una de las peores ideas que quepa imaginar, e inventaron la insulae, que viene a ser el bloque de viviendas de ahora, y con ellas aparecieron las primeras comunidades de vecinos, lo cual viene a dar una idea de  la magnitud de la tragedia.
Con ello, aparecieron nuevas especies de ciudadanos entre las que destacaban el Presidens Comunitatem, la mulieribus cotillatus  o el temible vecinus insufribilis del cuarto derecha. Toda insulae que se preciara o preciase tenía en el bajo todo tipo de tabernae y además buenos tugurios para que el Marco Aurelius de turno pudiera tomarse unas copichuelas de tintorro de la Galia con los amigotes, hermosa tradición que ha llegado casi intacta hasta nuestros días.





-Anfiteatros: 

Como buenos latinos, a los romanos les molaba mucho reunirse en un sitio grande y con gradas para ver sangre ajena y disfrutar como enanos viendo cómo unos cuantos maromos se ensartaban el gladium por el orto, o a unos cuantos leones comiéndole los higadillos al vecino, mientras se comían un perrito caliente -canis excitatus- y le mentaban apasionadamente  la madre a los gladiadores del equipo contrario, que es una cosa que desfoga muchísimo.


-Cloacas y retretes:
Los romanos no se andaban con tonterías y resolvían expeditivamente el tema de la excreción y el  pipicaca en general haciendo unos bancos corridos con un montón de agujericos en los que la sufrida ciudadanía se remangaba los bajos de la toga y hacía de lo suyo mientras departía amigablemente con el del trono de al lado.  Lo que no se sabe a ciencia cierta es de qué hablaban exactamente, aunque de nuestras actuales conversaciones de ascensor es de suponer que del tiempo.  Al terminar, hacían sus abluciones y lavamientos varios con una esponja húmeda atada a un palo y al finalizar la tarea la dejaban a disposición del siguiente usuario, lo cual debía de ser una cosa muy agradable.




-Calzadas: eran unos carreterones internacionales, con sus aceras, puentes y  cosicas,  que llegaban a todos los confines para que las legiones pudieran ir a repartir tochas cómodamente cuando fuera preciso y para que los más  pudientes pudieran lucir sus cuadrigas descapotables con tracción a las dos ruedas que, aunque no tenían radiocasete ni airbag ni nada, tenían como  principal fin el de vacilar al personal a base de bien:


-Antonius, ¿Quo vadis cum ista cuadriga Ferraribus ?
-A vacilare per tabernam et pillare cachum cum mulieribus bonisimas 
-¡Jo, mola mazum!

*(nota del autor: si se observa cualquier incorrección en los textos latinos, debe tenerse en cuenta que no se trata de latín del mismo centro de Roma, sino de los polígonos de los alrededores)



.-Orgías, bacanales y otros desenfrenos varios:
Los romanos, en su condición de fundadores del rollo latino,  también eran unas eminencias en el asunto del fornicio y la farra, y patentaron diversos conceptos tales como el cunnilingus o el coitus interruptus. Como eran unos cachondos, también se daban con frecuencia a unos fiestorros buenísimos en honor al dios Baco, que esencialmente consistían en la ingesta masiva de vino y espirituosos sin parar hasta dejar el depósito lleno a la altura de la campanilla. Luego ya, los más cracks ponían en práctica el asunto del cunnilingus y el coitus, unas veces más interruptus que otras.

-El latín:
Otra de las maravillas de los romanos es el latín, gracias al cual hoy en día podemos hacernos los cultos diciendo cosas tales como:


  • Currículum vitae: dícese del papel que sirve  para envolver alimentos tales como bocadillos
  • Sui generis: raro de cojones
  • In extremis: forma habitual de llegar a fin de mes del español medio
  • Superavit:  dícese de lo que les queda a las eléctricas después de descontar  los gastos de lo robado
  • Deficit: dícese de lo que las eléctricas dicen que pierden después de lo robado
  • Vade retro: expresión usada generalmente por las zagalas en la discoteca para indicar que te pires ipso facto
  • Ad libitum: hacer lo que te salga de tus partes toreras. Expresión aplicable también al uso y disfrute de fondos públicos 
  • Referendum: cosa que se le pregunta a la ciudadanía para después actuar ad libitum
  • Sine die: locución usada cuando le dices a tu cuñada que ya si eso le cuelgas el cuadro un día de estos
  • Post mortem: expresión que indica el estado de la cuenta corriente después de pagar la luz o en su defecto a mediados de mes
  • Peccata minuta: una mierda pinchada en un palo
  • Via crucis: acto de leer el libro de la Esteban o las memorias de un expresidente.
  • In albis: estar a uvas. No enterarse de una mierda. Estado natural de ciertas infantas ante el juez cuando les preguntan de donde sacan pa tanto como destacan.
  • Delirium tremens: estado mental de algunos letrados cuando afirman que sus defendidas actuaron por amor y fe a su marido.
  • Carpe Diem: expresión utilizada frecuentemente para tatuarse y que significa "fuma, fornica y bebe, que la vida es breve"



Y con esto, ya in extremis,  les emplazo  sine die para la próxima entrada ojiplática. 
Mientras tanto no olviden su ración de carpe diem . 

Y colorín coloratus, este coitus se ha interruptus.




sábado, 1 de febrero de 2014

Desmitificando superhéroes, que es gerundio


Hoy, si nada lo remedia, hablaremos de otro universo aún más peculiar si cabe que el de las sagas épicas: efectivamente, amiguitos de la fauna ibérica, hoy toca desvariar acerca del apasionante mundo de los superhéroes, las superheroínas y la madre que los trujo a todos ellos. Empecemos:

Un superhéroe (o superheroína) es un ente masculino, femenino o indeterminado, que se caracteriza por los siguientes atributos:

  • Casi todos tienen algún poder sobrehumano que roza o supera los niveles de  la acojonancia total. Sin embargo, también los hay que carecen por completo de cualquier superpoder pero igualmente son superhéroes. Yo tampoco lo entiendo pero es así y punto.

  • Suelen ir vestidos con leggins, cinturonaco ancho, camisetilla de cuello redondo cuatro tallas pequeña con un dibujete en la pechera,  y botas de caña.  En cualquier caso casi siempre  van vestidos "apretaos",  marcando músculos, muslamen, venas tendones, colesterol y demás temáticas de la anatomía.
    Es verdad que todo esto se ve en cualquier fiesta de ambiente poligonero que se precie, pero no se alarmen:  es fácil distinguir un grupo de canis y chonis de otro de superhéroes porque estos últimos no llevan un subwoofer de 80000 watios en el maletero del coche ni se llaman "primo" o "shurmano" entre ellos. En caso de ausencia de vehículo, también se distinguen porque si vas al perfil de Facebook de un superhéroe verás que se llama "Wonder Woman" "Spiderman" o "Linterna Verde". Sin embargo en el tuenti de cualquier choni o cani medio leerás "sHa moReNikaAH reSHuloNa" "sHa Vaneeh tOah loKaAH" o "tU emBidiAh aLimeNtaH mI eGoh" .

    En caso de duda extrema, obsérvese que las superheroínas no se pintan la raya del ojo hasta la oreja ni llevan pendientes de aro tamaño hula hop, ni apelan a que les comas ninguna parte de su anatomía si se mosquean contigo.

  • Si el superhéroe en cuestión es "mú chungo" o está "mú loco", automáticamente pasa a ser un supervillano cuya única misión y objetivo en la vida es dar por saco a la humanidad. Un supervillano se distingue de un político en que no lleva corbata y porque no disimula en absoluto su condición como queriendo decir: "Sí. ¡Soy un cabrón con pintas! ¿Y qué?"
Aunque hay más superhéroes que longanizas, vamos a tratar de hacer un breve resumen con una pequeña selección de los más aberrantes:



  1. Superman.

    Resumiéndolo mucho, se trata de un tipo del planeta Krypton al que sus padres enviaron a la tierra con la peregrina excusa de que su planeta iba a estallar y tal, que si mejor se piraba a la tierra porque fijo que lo iban a cuidar muy bien, que iba pillar trabajo... Claro, claro. En definitiva el viejo truco para echarte de casa para que no te apalanques. Superman se caracteriza porque se mete en una cabina de teléfono, se quita el traje de Emidio Tucci y, directamente, ya lleva el skijama puesto. Es de suponer que con la aparición de la telefonía móvil se vea obligado a meterse en lo que tenga más a mano, que probablemente será un bazar chino o un locutorio. Es lo que conlleva la escasez de cabinas. Además, le sale un rizo sobre la frente igualito que el de Estrellita Castro  pero en vez de cantar copla reparte mamporros entre los malos. Para más INRI, si le arrimas un cacho de Kryptonita, que es un pedrusco que sólo hay en su planeta - sí, el que había estallado- pierde la fuerza y se vuelve un tirillas y un mandilín de nivel alfa. Que digo yo que si los kryptonianos vivían en un planeta petadísimo de Kryptonita por doquier, no tendrían fuerzas ni para enchufar la Thermomix, pero imagino que buscarle la lógica es tontería.

  2. Spiderman

    Es un señor que se llama Peter Parker (Pedro Aparcador), al que en el colegio le daban de tochas

    por listillo y probablemente llevaba gafas de culo de vaso. Un buen día le muerde una araña radioactiva chunguísima y desde entonces se sube por las paredes, cosa que por otra parte puede hacer cualquiera abriendo la factura de la luz sin necesidad de tanto cuento.  Su principal handicap es que es un cachondo y cuando en una foto con los amigotes le pone cuernos al que tiene al lado se le dispara la telaraña poniendo en riesgo su identidad secreta.  El muy cretino.




     
  3.  Wonder Woman

    Es una moza cuya principal característica es estar mayormente jamona y abundante. Tiene superfuerza
    tremebunda que le permite levantar lo que ella quiera, es dominante que te pasas y tiene la capacidad de hacerte decir la verdad utilizando la persuasión.

    Por si fuera o fuese poco, tiene la habilidad de cambiar de vestuario según lo requiera la situación.  En definitiva viene siendo más o menos como cualquiera de nuestras respectivas, pero como si la vistiera Paco Clavel




  4. El Increíble Hulk

    Si está tranquilo,  Hulk es un tipo más o menos normal, pero si algo incomoda lo más mínimo al
    señorito, se convierte en un energúmeno medio retrasadete, analfabeto e infantiloide que se dedica a romper cosas como si no las tuviera que pagar él. Al principio lo enviaron a Hermano Mayor pero ante la imposibilidad de enderezarlo lo ficharon en Callejeros para las escenas más chungas. Anteriormente se hacía llamar La Masa, pero desde la aparición de Telepizza se hartó de que todo el mundo le preguntase que dónde llevaba guardado el secreto y se cambió el nombre por el de Hulk, aunque su inveterada afición por deambular con el torso desnudo, marcando tableta, y con pantalones piratas le supuso tener que aguantar que le llamasen  jocosamente Hulk-landrón.  Mientras los demás superhéroes se dedican a combatir el mal, su escasa capacidad no le permite ir más allá de combatir el mal aliento con escaso éxito. Es  un claro ejemplo de superhéroe de chichinabo.

  5. Batman

    Lo de este es el colmo de los colmos. Tener, lo que se dice tener, no tiene superpoderes de ningún
    tipo pero está cachas, tiene un montón de pasta, casoplón,  supercochazo, personal a su servicio, le va el rollo antifaz,  y dispone de  todo tipo de aparatos y artilugios en su batcueva. Resumiendo, es igualito que el maromo de las cincuenta sombras de Grey, pero con gorro de piscina con orejas.
    Su enemigo mortal es el Joker, que es un señor que padece una grave enfermedad mental y a pesar de ello no se toma los psicofármacos porque no le sale de sus huevos toreros. Personalmente no me importaría lo más mínimo ser Batman, que es un crack el tío.



Es curioso que los superhéroes españoles apenas tengan relevancia en este mundillo a pesar de que contamos en la  nómina patria con un amplio surtido de ellos (Sobreman, Yernoman y su esposa Imputadawoman -que tiene el curioso superpoder de no recordar lo que firma- el Capitán Recorte, el Comando ERE,  y tantos otros).

No están todos los que son ni tengo muy claro que sean todos los que están, pero  de momento les dejo hasta la semana que viene o así,  porque tengo al Doctor Octopus  y a Lex Luthor llamando al timbre para ver si bajamos a jugar un rato a la calle a hostiar gratuitamente entre todos a Spiderman y a La Masa.

Y no olviden supervitaminarse y mineralizarse, que está de oferta en Mercadona.