En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía. Y Dijo Dios: "¡Hágase la luz!". Y vinieron los de Endesa e Iberdrola y nos crujieron vivos a todos. Y vio Dios que la luz era buena, pero carísima. Y a petición del Consejo de Administración creó la noche. Y vieron Endesa e Iberdrola que la facturación aumentaba aunque no lo suficiente. Y vio Dios que igual lo de la luz no había sido tan buena idea y se planteó aumentar el día, pero le denunciaron por competencia desleal.
Dijo Dios: "Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco". Y en lo seco se construyeron mil millones de adosados y pisitos de 70 metros cuadrados. Y los concejales de urbanismo, los notarios, los bancos, los registradores de la propiedad, el Estado, las autonomías los ayuntamientos y El Pocero se pusieron palotes. Y Dios se quedó perplejo al darse cuenta de que aún no había creado al hombre y sin embargo ya no había sitio para más apartamentos en primera línea de playa. Y Dios descubrió con horror que había creado España. Y para más INRI, como al crear la tierra había menos agua, el agua se puso a precio de Mc Callan de 18 años y decidió lavarse con gasolina Super Plus de 500 octanos, que salía más barata.
Y aún sin reponerse de su consternación, Dios creó al hombre y la mujer. Y se percató de que algunos hombres y mujeres le salían con la moral defectuosa y la ética bajo mínimos. Y los llamó "políticos".
Y los políticos crearon una comisión parlamentaria y se escupieron en el ojo unos a otros y consiguieron que un juez empapelase a Dios por responsabilidad civil subsidiaria con agravante de deidad alevosa y flagrante. Y para celebrarlo se subieron el sueldo y montaron una orgía con cargo a los presupuestos. Y Dios empezó a dudar de sus actos.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas, árboles frutales que den fruto, llénese el mundo de animalicos comestibles y viandas en general". Y el Carrefour y sus amiguitos nos vendieron los tomates, el pan y el morcón ibérico a precio de platino del bueno pese a lo cual los agricultores y ganaderos, poco originales ellos, no llegaban a fin de mes al igual que el común de los mortales. Y la Duquesa de Alba, que había sido compañera de pupitre de Dios, recibió varios contenedores de barco llenos de euros en concepto de subvenciones. Y vio Dios que la cosa se le torcía muy seriamente. Y se lamentó por no haber hecho las piedras comestibles. Y lo pensó más detenidamente y se dio cuenta de que si las piedras fuesen comestibles también las venderían el Carrefour y sus amiguitos a precio de platino del bueno. Y el Pocero decidió no invertir ni un duro en piedras y seguir con el ladrillo. Y Dios en su infinita sabiduría no alcanzó a comprender nada, pero se consoló al darse cuenta de que aquello no había Dios que lo entendiera. Y fue entonces cuando se popularizó el dicho de que "si la mierda fuese oro, los pobres nacerían sin culo".
Y como Dios llevaba cuatro días trabajando, vino la sección sindical del cielo y le denunció a la inspección de trabajo por abuso de autoridad e incumplimiento de horarios. Y a Dios se le cayó el pelo, y cuando fue a pagar la multa no pudo hacerlo porque un banquero le había robado la cartera por el conocidísmo modus operandi del "procedimiento hipotecario". Y le calzaron un 20% de recargo en concepto de intereses de demora.
Y Dios vio que aquello, lejos de ser bueno, tiraba más bien a regular. Y creó al defensor del pueblo, y la ONU, y catorce millones de organismos más, para que defendieran la justicia, la paz, la solidaridad y la igualdad. Y los políticos se partieron el ojete de la risa y aprovecharon para subirse el sueldo, organizar otra orgía y colocar a sus amiguetes en los organismos solidarios con la bendición de San Emilio Botín, las Beatas Koplovitz y San Apapurcio obispo y mártir. Y Dios no se lo podía creer, y se planteó seriamente hacerse ateo.
Y como ya era viernes por la tarde, Dios se detuvo a tomarse un Kit Kat. Y vino la Merkel y le puso las pilas para que se dejara de tantas fiestas. Y trabajó también el sábado con la Merkel vigilándole por el rabillo del ojo. Pero el sábado no fue productivo porque los políticos decidieron subir el IVA, el IRPF, y los impuestos especiales sobre el alcohol, el tabaco, el aire, y las ganas de vivir.
Y al séptimo día descansó. Y por la tarde ya le había llegado la carta de despido del Vaticano por falta de productividad. Y la SGAE, que había recaudado los derechos de autor en concepto de creación del mundo, falsificó la documentación contable y a Dios le tocaron dos euros con cincuenta menos el 18% en concepto de retenciones a cuenta del IRPF. Y Dios decidió crear el libre albedrío, pero llegó tarde porque la patente ya la habían registrado los políticos.
Y vio Dios que aquello no había Dios que lo enmendara, ni desarzobispoconstantinopolitanizador que lo desarzobispoconstantinopolitanizase ni perro que le ladrara (o ladrase).
Dijo Dios: "Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco". Y en lo seco se construyeron mil millones de adosados y pisitos de 70 metros cuadrados. Y los concejales de urbanismo, los notarios, los bancos, los registradores de la propiedad, el Estado, las autonomías los ayuntamientos y El Pocero se pusieron palotes. Y Dios se quedó perplejo al darse cuenta de que aún no había creado al hombre y sin embargo ya no había sitio para más apartamentos en primera línea de playa. Y Dios descubrió con horror que había creado España. Y para más INRI, como al crear la tierra había menos agua, el agua se puso a precio de Mc Callan de 18 años y decidió lavarse con gasolina Super Plus de 500 octanos, que salía más barata.
Y aún sin reponerse de su consternación, Dios creó al hombre y la mujer. Y se percató de que algunos hombres y mujeres le salían con la moral defectuosa y la ética bajo mínimos. Y los llamó "políticos".
Y los políticos crearon una comisión parlamentaria y se escupieron en el ojo unos a otros y consiguieron que un juez empapelase a Dios por responsabilidad civil subsidiaria con agravante de deidad alevosa y flagrante. Y para celebrarlo se subieron el sueldo y montaron una orgía con cargo a los presupuestos. Y Dios empezó a dudar de sus actos.
Dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas, árboles frutales que den fruto, llénese el mundo de animalicos comestibles y viandas en general". Y el Carrefour y sus amiguitos nos vendieron los tomates, el pan y el morcón ibérico a precio de platino del bueno pese a lo cual los agricultores y ganaderos, poco originales ellos, no llegaban a fin de mes al igual que el común de los mortales. Y la Duquesa de Alba, que había sido compañera de pupitre de Dios, recibió varios contenedores de barco llenos de euros en concepto de subvenciones. Y vio Dios que la cosa se le torcía muy seriamente. Y se lamentó por no haber hecho las piedras comestibles. Y lo pensó más detenidamente y se dio cuenta de que si las piedras fuesen comestibles también las venderían el Carrefour y sus amiguitos a precio de platino del bueno. Y el Pocero decidió no invertir ni un duro en piedras y seguir con el ladrillo. Y Dios en su infinita sabiduría no alcanzó a comprender nada, pero se consoló al darse cuenta de que aquello no había Dios que lo entendiera. Y fue entonces cuando se popularizó el dicho de que "si la mierda fuese oro, los pobres nacerían sin culo".
Y como Dios llevaba cuatro días trabajando, vino la sección sindical del cielo y le denunció a la inspección de trabajo por abuso de autoridad e incumplimiento de horarios. Y a Dios se le cayó el pelo, y cuando fue a pagar la multa no pudo hacerlo porque un banquero le había robado la cartera por el conocidísmo modus operandi del "procedimiento hipotecario". Y le calzaron un 20% de recargo en concepto de intereses de demora.
Y Dios vio que aquello, lejos de ser bueno, tiraba más bien a regular. Y creó al defensor del pueblo, y la ONU, y catorce millones de organismos más, para que defendieran la justicia, la paz, la solidaridad y la igualdad. Y los políticos se partieron el ojete de la risa y aprovecharon para subirse el sueldo, organizar otra orgía y colocar a sus amiguetes en los organismos solidarios con la bendición de San Emilio Botín, las Beatas Koplovitz y San Apapurcio obispo y mártir. Y Dios no se lo podía creer, y se planteó seriamente hacerse ateo.
Y como ya era viernes por la tarde, Dios se detuvo a tomarse un Kit Kat. Y vino la Merkel y le puso las pilas para que se dejara de tantas fiestas. Y trabajó también el sábado con la Merkel vigilándole por el rabillo del ojo. Pero el sábado no fue productivo porque los políticos decidieron subir el IVA, el IRPF, y los impuestos especiales sobre el alcohol, el tabaco, el aire, y las ganas de vivir.
Y al séptimo día descansó. Y por la tarde ya le había llegado la carta de despido del Vaticano por falta de productividad. Y la SGAE, que había recaudado los derechos de autor en concepto de creación del mundo, falsificó la documentación contable y a Dios le tocaron dos euros con cincuenta menos el 18% en concepto de retenciones a cuenta del IRPF. Y Dios decidió crear el libre albedrío, pero llegó tarde porque la patente ya la habían registrado los políticos.
Y vio Dios que aquello no había Dios que lo enmendara, ni desarzobispoconstantinopolitanizador que lo desarzobispoconstantinopolitanizase ni perro que le ladrara (o ladrase).
No se puede ser más facha.
ResponderEliminarTal como consuetudinariamente suelen, los pijo progres, tan amiguitos de los batasunos y de la leche pascual, repartiendo carneses de facha al portador.
EliminarCiertamente, el reparto de "carneses" y diplomas de fachundia en general son una constante histórica en dicha especie. Es lo que hay...
EliminarGracias por tu anónimo comentario. Y añado: no se puede ser más simple.
ResponderEliminarNo se puede ser mas ignorante,anonimo..facha dice,jajaaja
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