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sábado, 29 de octubre de 2011

Clases medias, medias tintas y tontunas variopintas




En una ciudad cualquiera de la geografía hispana, en cualquier barrio de esos denominados como "de clase media", que traducido al castellano clásico significa "los que sostienen el cotarro a base de ingentes cantidades de vaselina para reducir molestas fricciones en los bajos fondos, pagarse la casa , el coche y el DVD de la marca Carrefour, aparentar que nos va bien  y cerrar el pico no vaya a ser el demonio...",  una importantísima parte de los españolitos nos despertamos cada día con la faz  legañosa,  el ánimo apático y la cuenta corriente anémica. Y con estos mimbres aún nos extrañamos de que nos salgan estos cestos. 


Entiéndase el  término "apático" como sinónimo de " va a ser que tanta información desanima a cualquiera". No hay duda de que si uno NO se informa medianamente haciendo medias aritméticas de lo que lee en la llamada  "prensa independiente" (término humorístico que emplean casi todos los medios para definirse a sí mismos), será mucho más feliz. Sólo hay que ver las manadas de canis mentales que pueblan nuestra geografía para darse cuenta de que enseñar canalillo, marcar paquete o masa muscular,  repetir mantras superguays relacionados con la libertad la solidaridad, la igualdad, y todo lo que termine en "ad" o hacerse autofotos en el espejo con poses insinuantes de nuevo rico hortera de oferta en el Lidl como si no existiera un mañana son razones suficientes como para no preocuparse de nada más. Ojos que no ven y entendederas que no entienden, corazón que no siente ni padece.   Y probablemente sean los más listos. No lo duden.  


Y es que antaño nuestros padres, con una escasísima  visión de futuro, nos animaban a aquello de estudiar una carrera, o formarnos medianamente en algún oficio y tratar de ser "alguien" en esta vida de moral distraída cuando podríamos vivir a cuerpo de rey con sólo pasarnos por la piedra  a un futbolista, participar en Gran Hermano o ser tertuliano de mercadillo.    Sí, queridos amiguitos de la fauna ibérica:  aunque no nos guste, la mayoría somos una banda de  pringadillos de medio pelo, o incluso menos. 


Todo ello para ver que si eres muy joven no eres apto para ningún puesto de trabajo decente por falta de experiencia, o si eres treintaañero o cuarentón estás en tierra de nadie aunque te sobre experiencia y formación, o si eres cincuentón y la experiencia te rebosa por las orejas estás demasiado "resabiao" para que nadie te contrate o te ayude a crear tu propio puesto de trabajo. Y de los sesentones para arriba mejor ni hablamos.Y si me apuran más, el que produce, trabaja y cumple medianamente  con su parte del trato ve como el que prospera es el que más traseros lame, el que a más amos sirve  disimuladamente,   o el que mejor se vende en su Facebook a base de frasecitas pseudofilosóficas de copia-pega pirateadas a otros aunque el producto final sea de todo a cien de fabricación china,  calidad previsible,lanza en astilleroadarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Y a mayores, la madre que nos trajo.


Y mira que la historia está ahí a disposición de cualquiera para analizarla de forma crítica y recordarnos que  estamos al servicio de la voz de nuestros respectivos amos, pero ni con esas terminamos de espabilar. Seguimos hipnotizados, divididos en tribus sin fundamento, llenos de complejos y de retórica políticamente  correcta a pesar de que interiormente pensemos todo lo contrario. La mayoría estamos hasta los mismísimos de las múltiples sectas que nos abrasan la moral a golpe de telediario y sin embargo seguimos empeñados en votarlas sistemáticamente para que el sistema se perpetúe. 


En un mundo en el que Telecinco le paga 10.000 euros del ala a la mamá del "Cuco" para que nos cuente que su indefendible e indefinible nene pelirrojo es más inocente que la flor de la canela, en el que "El Rafita", asesino convicto y confeso,  campa a sus anchas amparado al igual que el anterior espécimen por una Ley del Menor elaborada y promulgada por retrasados mentales irredentos, en el que las minorías étnicas te pueden parar en un túnel,  darte una paliza digna del pulpo Paul  y afanarte lo que lleves encima sin que les toquen un pelo de las orejas,  en el que nadie se hace responsable de nada, en el que los sindicatos traicionan sus principios y su historia, en el que los bancos son rescatados por sus propias víctimas, en el que los diputados se implantan un Ipad en el ojete,  un ADSL de los buenos en su casa, pensiones vitalicias, estancias en hoteles de lujo y bolsas de Doritos a cuenta de los presupuestos mientras colocan a su familia directa en puestos ridículos para los que no están capacitados, todo esto resulta de lo más normal. Este  mundo sigue siendo patrimonio de los ninis, los mediocres, los comemierdas, los sobrinos retrasados y otros parásitos de amplio espectro. 


Juro por la gloria de Snoopy que hoy no tenía ganas ni intención  de hablar de política, pero me temo que lo he hecho  igualmente porque al fin y al cabo nos guste o no, todos somos animales políticos y comemos de las mismas bellotas aunque muchas veces nuestros respectivos jamones tengan cotizaciones  diferentes en función de la piara que nos gobierne. 


Líbrenos el elenco divino de las aguas mansas, que de las bravas ya nos libramos nosotros aunque sea a medias.





4 comentarios :

  1. Pero q razón tienes!!! Y.... el trozo en el q hablas del Cuco y toda esa gandalla??? Esto pone los pelos de punta y q nos queda a los demas?? "Jodernos y aguantarnos".
    Y te quedó comentar lo de esos dos hermanos de Aviles , q vinieron a pasar la noche del Domingo por Gijon y por mirar una bici,les dieron una paliza brutal.Si es vale mas no salir de casa!!!!

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  2. Cierto. El tema de los chavales de avilés entra en la categoría de "minorías étnicas campando a sus anchas"

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  3. Cada día te esmeras mas, permiteme que siga compartiendo tus comentarios en facebook.
    Hay cosas que no estoy totalmente de acuerdo pero que no vamos a discutir aquí un abrazu Isma

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  4. Gracias anónimo. Me alegra de verdad que no estés de acuerdo en todo porque sigo pensando que sólo en un diálogo con discrepancias y diferentes formas de ver las cosas es posible aprender algo. Eso es lo que nos hace evolucionar.

    Un abrazo

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